Desde el Movimiento Popular La Dignidad creemos:
1. El Estado puede ganar una posición estratégica en el comercio
exterior de granos y en los puertos, algo que no ocurría desde 1973 en
la Argentina, puesto que fue unos de los objetivos centrales del Plan
Perón-Gelbard. Con esta medida, se puede controlar cerca del 10% de la
exportación con una empresa pública “testigo”.
Es importante señalar, además, que de no haberse tomado una medida en esta dirección, la situación de Vicentín seguramente hubiera sido aprovechada por la acción rapaz de las corporaciones cerealeras, pues era un bocado más que apetecible para Cargill, Glencore o para el grupo de inversionistas que ya estaba preparando el inefable José Luis Manzano.
2. También, por primera vez en 47 años, el Estado puede contar con una herramienta propia con capacidad para comprar y acopiar la producción de granos y oleaginosas.