[Sputnik / elcomunista.net] - Una denuncia periodística de presunta corrupción en una compra de gases lacrimógenos para la policía boliviana se convirtió el miércoles en un escándalo que incluía una licencia forzosa del informador responsable y duras condenas internas y externas a amenazas lanzadas por el Gobierno.
«La licencia forzada del periodista Junior Arias pone en evidencia la censura indirecta que ha ejercido el Ejecutivo a través de amenazas», denunció la Defensoría del Pueblo, a tono con sendos pronunciamientos de la Comisión Interamericana y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Arias se tomó unos días libres a partir
de este miércoles, para proteger a su familia tras sentirse amenazado
por el Gobierno y detectar que era objeto de seguimiento de presuntos
agentes gubernamentales, anunció el director de la cadena de televisión
Gigavisión y padre del periodista, Jorge Arias - Leer texto completo