(elcomunista.net) - Estos días
todos los telediarios y la prensa en general del mundo occidental nos
han bombardeado con el 20 aniversario de la tragedia del 11-S, una serie
de cuatro ataques terroristas suicidas realizados por el grupo
terrorista islámico militante Al-Qaeda, según la versión oficial.
La respuesta de EEUU a aquello fue interna y externa: dentro del país con la Ley Patriótica (USA PATRIOT Act),
suspendiendo y limitando libertades y derechos constitucionales con el
supuesto fin de aumentar la seguridad interna de los Estados Unidos.
Esta medida ha sido duramente criticada por defensores de los derechos
civiles, que ven en ella una violación de la privacidad de los
ciudadanos, además de una relajación del control judicial sobre los
cuerpos de inteligencia y el control de las comunicaciones de los
ciudadanos.
Y fuera del país el inicio de las guerras de Afaganistán e
Irak.
Pero, hay muchas razones para dudar de la versión oficial en este asunto y en otros, desde el siglo pasado hasta la actualidad.
Tras el
fenómeno de la globalización del capital, se trasluce el comportamiento
indecente, la ética perversa que se ha instalado en la cabeza del
imperialismo internacional, expresado por los Estados Unidos de América,
especialmente tras la II Guerra Mundial.
Ello, en
referencia a la impunidad con que sus dirigentes -y los poderes que
están por encima de éstos- han venido mintiendo al mundo, justificando
actuaciones de distinta índole, con sórdidos intereses.
Esa élite ha
vulnerado el derecho nacional e internacional, encubriendo la infame
praxis con la manipulación de la opinión pública norteamericana y la
internacional. Algunas de esas filfas imperiales son realmente
turbadoras.
Para
desviar la atención de la guerra de Vietnam y la supremacía espacial
soviética, simulan la llegada del hombre a la Luna, mentira desvelada,
entre muchos, por el astrónomo Phil Plait.
Diversos crímenes de Estado, como el
del Presidente Kennedy, asesinado tras denunciar la existencia de
sociedades secretas por encima de cualquier órgano de poder democrático
en los EEUU;
y el pastor Martin Luther King, que encabezó el movimiento
pacifista y de derechos civiles. A este respecto un juicio civil, en
1999, silenciado por los medios, determinó que agencias del gobierno de
EEUU fueron culpables de su muerte.
El montaje sobre la existencia de
armas de destrucción masiva en Irak para justificar la intervención
bélica y saquear sus recursos naturales.
Si creemos a Morgan Reynolds,
consejero económico de la administración de GW Bush, las torres
gemelas y la torre 7 fueron objeto de una demolición controlada fruto de
un “inside job”.
Y si atendemos al Dr. Steve R. Pieczenik, ex alto
cargo del Departamento de Defensa, Osama Bin Laden murió en 2001 de una
enfermedad degenerativa.
La producción de pandemias de
laboratorio para el negocio de las multinacionales farmacológicas, como
denuncia la Dra Rauni Kilde.
Estas son algunas de esas grandes
realidades tapadas con mentiras a toda la población del planeta. Las
consecuencias, recorte de libertades individuales, recorte de derechos y
normalización de una sociedad cada vez más esclavista.
El cineasta Spike Leee, que recoge
testimonios que promueven la idea de que las Torres Gemelas se
derrumbaron a causa de una demolición controlada, ante las críticas de
autoridades estadounidenses que intentan despretigiarlo, ha declarado en
una nota de prensa, que la presión gubernamental lo ha llevado a
reeconsiderar parte del trabajo.
En su nueva serie para HBO, NYC Epicenters 9/11-2021, Spike
Lee dedica buena parte de las ocho horas que dura la producción a dar
voz al grupo Architects & Engineers for 9/11 Truth, que promueve la
idea de que los dos rascacielos neoyorquinos fueron derribados por una
demolición interna controlada.
Teorías aparte, hay muchas dudas por
resolver y, al igual que la inexistencia de armas de destrucción masiva
en Irak, muchas verdades por revelar, a los norteamericanos y a la
humanidad.
Lo que Lincoln escribiera “Podrás
engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre;
pero no podrás engañar siempre a todos”, resulta agorero -
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