[Sputnik / elcomunista.net] - Irak está pasando por una nueva prueba.
Las protestas en el país ya duran más de cuatro meses, y el 5 de febrero
estallaron con renovado vigor. La situación perturbadora es el
resultado del difícil legado político que dejó EEUU.
Sputnik explica por
qué Bagdad no consigue vivir en paz y tranquilidad.
Por Denis Lukyanov* - Los iraquíes tomaron las calles de las
ciudades de la parte central del país en octubre. Lo hicieron para
expresar su descontento con la política social del Gobierno de Adil
Abdul Mahdi y exigir su dimisión. Como consecuencia de la presión de la
sociedad iraquí, Abdul Mahdi anunció a finales de noviembre que dejará
el cargo de primer ministro.
Tras su salida arrancó el proceso para
encontrar a un político que ocupase el cargo. Sin embargo, las
diferentes facciones involucradas en la transición de Gobierno durante
mucho tiempo no logaron encontrar puntos en común y salir del
atolladero.
Entretanto, las manifestaciones pasaron a estar motivadas
por la etnia y por la confesión de quienes tomaban parte en ellas.
Varias agrupaciones chiíes trataron de canalizar la rabia popular hacia
la presencia estadounidense en el país.
Como consecuencia, la misión diplomática
estadounidense se sometió a los ataques de los manifestantes. Estados
Unidos, en respuesta, mató en Bagdad al general iraní Qasem Soleimani,
quien, para Washington, fue responsable de coordinar los ataques.
El
Parlamento iraquí no tardó en responder. Llamó a que la presencia
militar extranjera cesase y a retirar a 5.000 soldados norteamericanos
estacionados en este país árabe - Leer texto completo