[Sputnik / elcomunista.net] - El 8 de febrero se cumple el 75
aniversario de la fuga épica de Mijaíl Deviatáev y otros nueve
prisioneros de guerra soviéticos que secuestraron un bombardero Heinkel
He 111 para escapar de un campo de concentración nazi cerca de
Peenemünde, el sitio de pruebas de los misiles V1 y V2.
Deviatáev había sido jefe de una escuadrilla de aviones y realizado
180 misiones individuales y en grupo, derribando 25 aeronaves enemigas,
hasta que su caza se incendió impactado por un proyectil a mediados de
julio de 1944 cerca de Leópolis.
El piloto pudo lanzarse en paracaídas
desde el avión en llamas, sufrió quemaduras graves y fue capturado.
Los nazis lo trasladaron de un campo de prisioneros de guerra a otro,
y tras un fallido intento de fuga acabó en Sachsenhausen, a las afueras
de Berlín, donde se salvó de una ejecución inminente gracias a otro
interno, que cambió su insignia de sentenciado a muerte por la de un
miembro del batallón de castigo al que acababan de matar los guardias.
Desde entonces, el piloto figuró en los ficheros como Grigori Nikitenko,
maestro de profesión, mientras que Deviatáev engrosó la lista de los
ejecutados - Leer texto completo