(autor / elcomunista.net) - «Le
pusieron todo servido para ganar la elección, ¡TODO!, y no pudo ganar.
Le pusieron los medios de comunicación a sus pies: periodistas
complacientes, conductores adulones, que mientras a ella la trataban con
pétalos de rosa, al otro candidato lo ninguneaban, le cortaban la
transmisión, lo ridiculizaban.
Por Gilberto Díaz Meza* - Despidieron
directores imparciales y pusieron en su lugar monigotes amaestrados. Le
pusieron en bandeja todo el financiamiento posible, directo e
indirecto: se sumaron consultores políticos, desde los más
experimentados como Ralston hasta los más rastreros como Baella;
agencias de marketing digital, empresarios de la publicidad exterior que
le obsequiaron paneles luminosos para su campaña de calumnias y terror;
la campaña de las mil campañas, la denominaron, el más grotesco y
pudiente de los voluntariados.
La apadrinó un Premio Nobel de
Literatura, fue promovida por una selección mundialista de fútbol;
artistas, influenciadores, políticos, comunicadores, deportistas,
antifujimoristas recalcitrantes de viejo cuño convertidos súbitamente al
keikismo, y ni así pudo ganar.
Cuando los pueblos despiertan esto es lo
que sucede, ahora gente con este poder no se puede subestimar, lo que
le espera al nuevo presidente es una guerra sin cuartel de injurias, y
de falsos positivos.
Contó con
la complicidad de un Jurado Nacional de Elecciones que hizo la vista
gorda con todas las irregularidades, con un Ministerio de Trabajo que no
abrió ni un solo proceso en contra de las empresas que coaccionaban a
sus trabajadores para que voten por ella,
con un Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas que se apresuró a senderizar el atentado en el VRAEM,
con una Cancillería que mandaba a callar a Evo Morales, pero le otorgaba
visa exprés a Leopoldo López.
Donde quiera que se respirara miedo,
donde quiera que se hubieran comprado el cuento del lobo comunista, allí
había apoyo seguro para su candidatura. Lo tenía todo, todos los
recursos, toda la plata, toda la cancha libre, y ni aun así pudo ganar.
Y
un 7 de junio a las 7 de la noche, cuando vio que las cifras que no la
favorecían eran irreversibles, salió a victimizarse repitiendo el mismo
berrinche de su fracaso anterior: «me robaron la elección» - Leer màs