(Sputnik / elcomunista.net) - Más de
125.000 personas, entre las que hay 30.000 niños que en su mayoría
tienen menos de cinco años, pusieron en riesgo sus vidas al cruzar la
selva del Tapón del Darién, que se extiende en la frontera entre Panamá y
Colombia, con la esperanza de llegar a Estados Unidos, Canadá o México.
«Al menos
30.000 niños, la mayoría menores de cinco años, se encuentran entre las
más de 125.000 personas que este año han arriesgado sus vidas al cruzar
el Tapón de Darién», informó la Organización Internacional de
Migraciones (OIM) este viernes.
El tránsito
desde América del Sur de migrantes provenientes del Caribe, Asia,
África y las Américas ha tenido lugar desde hace una década, pero en los
últimos tiempos aumentó de manera dramática por el impacto
socio-económico, sanitario y político de la pandemia del covid-19,
destacó el organismo.
«El número
total de cruces irregulares del Darién, un traicionero paso selvático en
la frontera entre Colombia y Panamá sin carreteras donde estén activos
grupos armados, traficantes de migrantes y traficantes de personas, es
más alto este año que durante todo el período 2010-2020», reseñó la OIM.
Una de cada cuatro personas que cruza por el Tapón de Darién son niños, advirtió la entidad.
Este año atravesaron por este lugar 24.000 infantes que tenían cinco años o menos, añadió la Organización.
Muchos
de los migrantes que se encuentran en tránsito son haitianos, aunque
también hay otros ciudadanos de países del Caribe, Asia, África y las
Américas.
Los migrantes africanos en Sudamérica
aumentaron de 22.000 en 2010 a 43.000 en 2020, mientras que los
migrantes del Caribe en la región crecieron de 79.000 en 2010 a 424.000
el año pasado.
«Los migrantes asiáticos en la región también aumentaron de 208.000 en 2010 hasta 302.000 en 2020», reveló la OIM.
Al no poder utilizar las rutas
migratorias regulares, muchas personas recurren a contrabandistas, lo
que aumenta su vulnerabilidad, de acuerdo al estudio de la organización.
En estos flujos migratorios se
encuentran ciudadanos que se asentaron durante los últimos años en
países de América del Sur, entre ellos Brasil y Chile.
El estudio de la OIM señala que
algunos migrantes en tránsito hacia América del Norte desde el Caribe,
África y Asia tienen niños que son nacionales de países sudamericanos,
por lo que no son exclusivamente migrantes del Caribe.
Muchos de quienes cruzan el Tapón de
Darién se han visto forzados a migrar a otros destinos, en el norte del
continente, debido a que no cuentan con la documentación adecuada o
debido a las consecuencias de la pandemia, «incluyendo un aumento
alarmante de la xenofobia, lo que limita su acceso a servicios básicos»,
añadió la OIM.
El organismo también menciona la
inestabilidad política y los desastres naturales como otros de los
motivos que fuerzan a atravesar la infranqueable selva que constituye el
Tapón de Darién.
La OIM ha pedido 74,7 millones de
dólares para asistir a los migrantes en tránsito y para ayudar a que los
países de destino actuales puedan afrontar los impactos negativos de la
crisis -
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