x Elsa Claro [Cuba debate / lahaine.org] - Las presiones del régimen de Trump a otros países
Cuando Donald Trump se dijo a favor de negociar con Corea del Norte, tanto en ese país como en el resto del mundo se entrevió, con escepticismo, pero sin negarle espacio a la esperanza, que el magnate acercaría soluciones incluso si no concluía un buen entendimiento. Nada de eso.
Hizo más suspicaces a los norcoreanos que actuaron en correspondencia con un deseable progreso y, de buena fe se deshicieron de instalaciones y recursos, antes de cerciorarse de que, nuevamente, no hubo enlace entre el sonido de la cáscara con las nueces que llevan dentro.
De hecho, engañó a las dos coreas, abusando de un proyecto largamente deseado y posible dadas las finalidades del gobierno de Moon-Jae-in, quien revivió el antiguo anhelo de unir las dos partes de la península y contribuir a la seguridad propia, regional y planetaria.
Washington, en tanto, mueve sus fichas con tanta falta de ética que provoca nauseas. Sigue sancionando a Pyongyang, para vencerle a golpe de castigos. Sabe que Seúl, por su parte, tiene escasas facultades para decidir sobre factores preferiblemente soberanos, aunque lo desee con vehemencia.
Es el Pentágono quien dispone en lo militar, por ende, desde ese ángulo influyen en la política interna y exterior surcoreana, y así será hasta tanto no se alcance una consecuente independencia y/o la deseada reunificación - Leer texto completo
Cuando Donald Trump se dijo a favor de negociar con Corea del Norte, tanto en ese país como en el resto del mundo se entrevió, con escepticismo, pero sin negarle espacio a la esperanza, que el magnate acercaría soluciones incluso si no concluía un buen entendimiento. Nada de eso.
Hizo más suspicaces a los norcoreanos que actuaron en correspondencia con un deseable progreso y, de buena fe se deshicieron de instalaciones y recursos, antes de cerciorarse de que, nuevamente, no hubo enlace entre el sonido de la cáscara con las nueces que llevan dentro.
De hecho, engañó a las dos coreas, abusando de un proyecto largamente deseado y posible dadas las finalidades del gobierno de Moon-Jae-in, quien revivió el antiguo anhelo de unir las dos partes de la península y contribuir a la seguridad propia, regional y planetaria.
Washington, en tanto, mueve sus fichas con tanta falta de ética que provoca nauseas. Sigue sancionando a Pyongyang, para vencerle a golpe de castigos. Sabe que Seúl, por su parte, tiene escasas facultades para decidir sobre factores preferiblemente soberanos, aunque lo desee con vehemencia.
Es el Pentágono quien dispone en lo militar, por ende, desde ese ángulo influyen en la política interna y exterior surcoreana, y así será hasta tanto no se alcance una consecuente independencia y/o la deseada reunificación - Leer texto completo