(Sputnik / elcomunista.net) - Políticos, dirigentes cívicos, activistas y defensores en general de los derechos fundamentales se han concentrado ante el Palacio de Justicia de Londres en apoyo de Julian Assange, cuyo proceso de extradición a Estados Unidos alcanza una fase crucial este miércoles.
“La situación de Julian es crecientemente desesperada, ganó el caso contra el Gobierno de EEUU hace siete meses y continúa preso en la cárcel de Belmarsh, ¿Qué es esto, sino un castigo mediante el propio proceso?”, denunció su pareja, Stella Moris.
La abogada y madre de dos hijos del fundador de WikiLeaks criticó la “colosal injusticia” del procedimiento interpuesto por el Departamento de Justicia estadounidense.
“EEUU está explotando el injusto acuerdo de extradición con Reino Unido a fin de prolongar arbitrariamente la detención de un inocente que está acusado de practicar periodismo”, añadió Moris ante la masa de manifestantes.
«Julian Assange desveló la verdad de Guantánamo, los horrores de la guerra de Irak y el proceso de toma de decisión de esos horrores; conocer la verdad es importante», declaró Jeremy Corbyn, anterior líder del partido Laborista británicos.
«Libertad para Julian Assange», corea intermitentemente el creciente número de manifestantes que protestan en los accesos del Alto Tribunal de Inglaterra y Gales.
Los activistas y simpatizantes ondean carteles con mensajes que demandan conocer la verdad y “encarcelar a los genuinos criminales”.
También se leen denuncias de un proceso judicial que, la familia y la defensa del fundador de WikiLeaks, creen que debería haberse archivado meses atrás.
Assange está confinado en una celda de la prisión de alta de seguridad de Belmarsh, en el sureste de Londres, desde hace más de dos años, la mayoría del tiempo sin cargos pendientes con la Justicia británica.
Hoy se espera que comparezca por videoconferencia en una audiencia preliminar en la que los representantes legales estadounidense intentará ampliar los términos de su apelación en demanda de su entrega.
Un Tribunal de Alejandría, en el Estado de Virginia, reclama al periodista australiano para juzgarle por 17 presuntos delitos de espionaje y uno de intromisión informática.
Los cargos datan de 2010 y se penalizan con 175 años en prisión.
Las imputaciones están relacionadas con el acceso y la publicación de partes militares de las guerras de Irak y Afganistán, los presos de Guantánamo e informes diplomáticos - Ver texto + fotos