x Atilio Boròn (lahaine.org) - El revés sufrido por por Barack Obama en Siria y la catastrófica derrota en Afganistán luego de veinte años de guerra, clausuran definitivamente una etapa para EEUU
La caída de Kabul a manos del Talibán es un hito que marca el fin de la transición geopolítica global. El sistema internacional sufrió significativos cambios desde finales de la Segunda Guerra Mundial.
Hiroshima y Nagasaki unidas a la derrota del nazismo en Europa a manos del Ejército Rojo fueron los acontecimientos que alumbraron al llamado “orden bipolar”.
La caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética a fines de 1991 marcaron el fin de aquella época y excitaron las fantasías de estrategas y académicos estadounidenses que se ilusionaron con el advenimiento de lo que sería “el nuevo siglo americano.”
Zbigniew Brzezinski alertó infructuosamente sobre la fragilidad del orden unipolar y los riesgos de tan peligroso espejismo. Sus temores se confirmaron el 11 de Septiembre del 2001 cuando junto con la caída de las Torres Gemelas también se desvanecía la ilusión unipolar.
La multiplicación de nuevas constelaciones de poder global, estatales y no estatales, que emergieron con fuerza luego de ese acontecimiento -o, mejor, que se tornaron visibles después de esa fecha- fueron la partida de nacimiento para una nueva etapa: el multipolarismo.
El “ciclo progresista” latinoamericano tuvo como telón de fondo esta nueva realidad en donde la hegemonía estadounidense tropezaba con crecientes dificultades para imponer sus intereses y prioridades.
Una
China cada vez más gravitante en la economía mundial y el retorno de
Rusia a los primeros planos de la política mundial luego del eclipse de
los años de Boris Yeltsin eran los rasgos principales del emergente
nuevo orden - Leer màs