Van a vivirse horas decisivas en las que no cabe la posición de espectadores.
Todo indica que se han acelerado los tiempos para llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las señales en ese sentido datan al menos desde el discurso grabado de Alberto Fernández que se difundió la misma noche de las últimas elecciones. Allí hizo el anuncio público de un “programa pluri-anual”.
Si bien no lo dijo con claridad salta a la vista que se trata de condicionar por varios años la política económica del país a los dictados del organismo internacional.
Después vienen declaraciones retóricas sobre que tiene que ser un acuerdo “sustentable”, que no agrave los sufrimientos de nuestro pueblo.
Claro que no se dan precisiones sobre cómo compatibilizar esos recaudos con el sometimiento a las recomendaciones del FMI, siempre traducidas en políticas de ajuste.
Y que incluyen un monitoreo de todas las metas económicas. En ese contexto la “sustentabilidad” aparece como un “saludo a la bandera”, una tapadera discursiva para políticas antipopulares.
¿Qué dice Cristina? - El presidente fue respaldado, con ciertas salvedades, por la reciente carta de Cristina Fernández de Kirchner. La vicepresidenta reforzó su método de hacer política “por correspondencia”, al ratificar por medio de una misiva que está a favor del pago de la deuda.
Sí se ataja al explicitar que las modalidades de ese acuerdo y la “lapicera” para firmarlo están en manos del presidente.
Allí señala las responsabilidades de la oposición de derecha en el desmesurado endeudamiento contraído durante la presidencia de Mauricio Macri.