x Carlos Fazio [La Jornada / lahaine.org] - Cuando irrumpió el Covid-19, hacía ya un largo tiempo que el mundo estaba sumergido en la posverdad y las noticias falsas ('fake news')
La desinformación (la contaminación de la información con contenidos falsos que aparecen como verdaderos y son fabricados para manipular las emociones e impactar en la opinión pública de manera intencional, deliberada y planificada) no es, tampoco, un invento de Donald Trump y la banda de gánsters sociópatas (Noam Chomsky dixit) que le rodea en la Casa Blanca.
Lo que ocurrió con Trump, en plena era digital, fue una proliferación de noticias tóxicas, xenófobas y supremacistas, con sus discursos de odio, bots e hipótesis conspiracionistas, desplegada por la maquinaria mediática de su administración con fines electorales.
En la coyuntura del Covid-19, la epidemia de fake news y posverdades ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud –responsable del virtual estado de sitio global– como infodemia. Es decir, una pandemia de info-falsedades.
En el contexto de la mayor crisis de la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial, la administración Trump no ha cejado en sus intentos por derrocar al presidente constitucional y legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro.
Sólo que en el caso de Venezuela, la pandemia de informaciones falsas ha tenido un desarrollo continuado desde la llegada de Hugo Chávez al gobierno en 1999, y ha sido impulsada por cuatro sucesivos inquilinos de la Oficina Oval: William Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump.
Con dos objetivos básicos: el petróleo y ahogar en la cuna cualquier intento de desarrollo alternativo en el tradicional patio trasero del imperio - Leer texto completo
La desinformación (la contaminación de la información con contenidos falsos que aparecen como verdaderos y son fabricados para manipular las emociones e impactar en la opinión pública de manera intencional, deliberada y planificada) no es, tampoco, un invento de Donald Trump y la banda de gánsters sociópatas (Noam Chomsky dixit) que le rodea en la Casa Blanca.
Lo que ocurrió con Trump, en plena era digital, fue una proliferación de noticias tóxicas, xenófobas y supremacistas, con sus discursos de odio, bots e hipótesis conspiracionistas, desplegada por la maquinaria mediática de su administración con fines electorales.
En la coyuntura del Covid-19, la epidemia de fake news y posverdades ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud –responsable del virtual estado de sitio global– como infodemia. Es decir, una pandemia de info-falsedades.
En el contexto de la mayor crisis de la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial, la administración Trump no ha cejado en sus intentos por derrocar al presidente constitucional y legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro.
Sólo que en el caso de Venezuela, la pandemia de informaciones falsas ha tenido un desarrollo continuado desde la llegada de Hugo Chávez al gobierno en 1999, y ha sido impulsada por cuatro sucesivos inquilinos de la Oficina Oval: William Clinton, George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump.
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