Por Denis Lukyanov [Sputnik] - Tras varios meses de tranquilidad en Hong Kong, las protestas contra el Gobierno chino en esta ciudad autónoma se reanudaron el pasado 24 de mayo. Las autoridades dispersaron a la multitud con gas lacrimógeno y cañones de agua.
EEUU no tardó en reaccionar y prometió una respuesta dura. Pero, ¿qué tiene que ver Washington con esta situación?
La multitudinaria congregación no es ninguna novedad en Hong Kong: en los años anteriores la urbe ya vivió una serie de protestas masivas. Las manifestaciones actuales son de menor escala en comparación con lo que la ciudad vio en el verano de 2019.
Entonces los participantes de las protestas incluso irrumpieron y tomaron el control del Consejo Legislativo autónomo.
Por ahora la situación no parece ser tan crítica: a raíz de las protestas del 24 de mayo los efectivos de las fuerzas de seguridad hongkonesas detuvieron a casi 200 personas.
El catalizador de las protestas del verano pasado fue la política de Pekín encaminada a la mayor integración de Hong Kong en el sistema administrativo de la República Popular China, y en esta ocasión las causas, en esencia, no han cambiado mucho.
El verano pasado los manifestantes tomaron las calles de su ciudad para protestar contra un proyecto de ley sobre la extradición desde esta región a la China continental. Después de una oleada de manifestaciones violentas Pekín retiró el proyecto.
Esta vez la multitud no estuvo contenta con los planes de las autoridades de aprobar una resolución sobre la seguridad nacional que en el futuro puede convertirse en una nueva ley.
EEUU no tardó en reaccionar y prometió una respuesta dura. Pero, ¿qué tiene que ver Washington con esta situación?
La multitudinaria congregación no es ninguna novedad en Hong Kong: en los años anteriores la urbe ya vivió una serie de protestas masivas. Las manifestaciones actuales son de menor escala en comparación con lo que la ciudad vio en el verano de 2019.
Entonces los participantes de las protestas incluso irrumpieron y tomaron el control del Consejo Legislativo autónomo.
Por ahora la situación no parece ser tan crítica: a raíz de las protestas del 24 de mayo los efectivos de las fuerzas de seguridad hongkonesas detuvieron a casi 200 personas.
El catalizador de las protestas del verano pasado fue la política de Pekín encaminada a la mayor integración de Hong Kong en el sistema administrativo de la República Popular China, y en esta ocasión las causas, en esencia, no han cambiado mucho.
El verano pasado los manifestantes tomaron las calles de su ciudad para protestar contra un proyecto de ley sobre la extradición desde esta región a la China continental. Después de una oleada de manifestaciones violentas Pekín retiró el proyecto.
Esta vez la multitud no estuvo contenta con los planes de las autoridades de aprobar una resolución sobre la seguridad nacional que en el futuro puede convertirse en una nueva ley.
Lucha contra el separatismo hongkonés - El nombre de la resolución propuesta es vago y a primera vista no queda claro qué implica para Pekín. De acuerdo con la sugerencia, si la resolución es aprobada, será posible aplicar la legislación de la República Popular China en cuanto a la lucha contra terrorismo, el extremismo y el separatismo en el territorio de Hong Kong.
De esta manera Pekín creará filiales de sus servicios especiales en la ciudad autónoma. Por ahora en la urbe solo existe una filial del Ejército Popular de Liberación - Leer texto completo + temas relacionados