[Sputnik / elcomunista.net] - Quizás se tuvo la impresión de que las protestas en América Latina habían sido acalladas por la propagación del covid-19 y que los movimientos sociales se unían con los gobiernos para hacer frente a la crisis económica. Pero el grito popular no parece haberse apagado.
Por Lucía Barrios* - Los dos meses de encierro obligatorio, la crisis económica generada por la pandemia, las recurrentes denuncias de corrupción, los masivos despidos y la desesperación de no tener qué comer fueron un caldo de cultivo para el recrudecimiento del conflicto social.
Según la Organización de las Naciones Unidas, 11,5 millones de latinoamericanos estarán desempleados durante este año como resultado de la pandemia, y el número de pobres puede crecer en 35 millones.
Esta última semana parece haber sido un
vistazo de lo que podría ocurrir en los próximos meses.
En Ecuador, Chile y Paraguay hubo una expansión de manifestaciones en las que ni el nuevo coronavirus pudo amedrentar a los ciudadanos. Además, el 20 de mayo los bolivianos se levantaron en Cochabamba (centro), pidiendo la realización de elecciones y denunciando la emergencia alimentaria.