Ahora, el Supremo Tribunal Federal brasileño abrió una investigación sobre abusos de poder del ultraderechista presidente Jair Bolsonaro e hizo público un video de una reunión ministerial en la que el mandatario hizo explícita su intención de prescindir de cualquier funcionario que osara investigar a su familia.
A raíz de la divulgación integral de lo ocurrido, se profundizaron en
Brasil nuevas grietas institucionales, cuyas consecuencias se harán ver
en breve, donde los militares, sobre todos aquellos que integran el
gabinete de Bolsonaro, tendrán mucha injerencia.
Si en el campo jurídico es muy difícil prever cuáles serán los próximos pasos, en términos institucionales lo que se reveló al país es un desastre.
Lo serio de todo esto es la inmersión de los militares en la política con el claro mensaje de que las Fuerzas Armadas apoyan a Bolsonaro en esta guerra que comienza contra la Corte Suprema, pero que se convertirá en una guerra general y total, hasta el último signo vital de democracia, cuando los militares consolidaron la dictadura.