x Fernando Coll [lahaine.org] - El movimiento estudiantil reveló las debilidades del régimen cuando este
estaba en su apogeo, y al mismo tiempo descubrió libertades y prácticas
sociales
"Ya no más frases injuriosas, olvídense de los insultos y de la violencia. No lleven banderas rojas. No carguen pancartas del Che, ni de Mao. Ahora vamos a llevar las figuras de Hidalgo, la de Morelos, la de Zapata, pa'que no digan. Son nuestros héroes. ¡Qué viva Zapata!" (Consejo Nacional de Huelga-México 1968)
La revuelta estudiantil de 1968 en México es conocida en todo el mundo por la masacre del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco; matanza organizada por el Estado.
"Ya no más frases injuriosas, olvídense de los insultos y de la violencia. No lleven banderas rojas. No carguen pancartas del Che, ni de Mao. Ahora vamos a llevar las figuras de Hidalgo, la de Morelos, la de Zapata, pa'que no digan. Son nuestros héroes. ¡Qué viva Zapata!" (Consejo Nacional de Huelga-México 1968)
La revuelta estudiantil de 1968 en México es conocida en todo el mundo por la masacre del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco; matanza organizada por el Estado.
Hacía más de dos meses que el movimiento estudiantil se enfrentaba al gobierno del priista Díaz Ordaz.
Ese día para las 17:30, miles de personas se habían reunido en ese lugar, con el fin de escuchar a los líderes estudiantiles. Nadie imaginaba la causa de presencia de tantas tropas, tanquetas y policías, que se apostaban en los principales puntos de acceso y en los alrededores de la plaza.
Hacia las 18:10 horas inició la llamada Operación Galeana con el lanzamiento de bengalas desde un helicóptero, señal para que francotiradores del Estado Mayor junto a grupos paramilitares emplazados en diferentes edificios circundantes y en el techo del templo colonial, dispararan indiscriminadamente en contra de los manifestantes.
Los
tanques ligeros del Escuadrón Blindado entraron en la plaza disparando
contra todos y en dirección al edificio "Chihuahua", donde se
encontraban los oradores - Leer texto completo