En una entrevista de esta mañana [por ayer] en el programa «Good Morning America» de la cadena ABC el presidente Joe Biden dijo que Vladimir Putin ... (enlace) y que...
También dijo que era “un desalmado.” Cuando su entrevistador le preguntó “¿cuál sería el precio que Putin pagaría?” la respuesta de Biden fue: “lo verá muy pronto.” Huelga insistir en el tono matonesco y pendenciero exhibido por el presidente en su intervención.
Pero el actual exabrupto de Biden tiene precedentes. Ya antes, y con el tiempo y la tranquilidad que disponía para escribir (con la colaboración de sus asesores) un artículo solicitado por la Revista Foreign Affairs sobre lo que pensaba hacer si llegaba a la Casa Blanca Biden profirió una serie de insultos reñidos con los principios más elementales de la diplomacia internacional.
En la edición de Marzo/Abril de 2020 se publicò que ... (enlace).
La (previsible y reiterada) tesis central es que el mundo necesita un líder y EEUU debe retomar ese papel, otorgado nada menos que por Dios, y abandonado por Trump que intentó que EEUU “fuese grande otra vez” abdicando de su responsabilidad de mantener el orden internacional y desairando a sus aliados y amigos.