Al igual que en muchos otros temas de la política pública, el gobierno de Iván Duque no tiene una agenda propia, sino que depende de los designios de su jefe, Álvaro Uribe, y de su propio partido.
Estos, en su propósito de avanzar en la consolidación de un Estado corporativo y un esquema de control autoritario de la sociedad en su conjunto han visto como un estorbo para consolidar sus intereses la agenda de reformas que firmó el Estado colombiano con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc-EP) y la que venía en marcha con el Ejército de Liberación Nacional (ELN),
de modo que han hecho hasta lo
imposible por acabar con ambos procesos y volver a instalar en el país
las políticas de "seguridad y defensa" que se implementaron entre 2002 y
2010, durante los periodos de Uribe - Leer texto completo [PDF]