[Sputnik / elcomunista.net] - Bolivia estos días está siendo amenazada por la confluencia de intereses antidemocráticos de grupos religiosos, paramilitares y militares retirados, que buscan evitar la asunción de mando del nuevo Gobierno liderado por Luis Arce Catacora el próximo 8 de noviembre.
Por María Luisa Ramos Urzagaste* - Mientras el presidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, Salvador Romero, afirmó que «el proceso electoral 2020 ha concluido y ha sido plenamente validado», algunos grupos, a los que se unió la iglesia Católica, claman fraude y levantan dudas sobre la limpieza del proceso electoral que dio como ganador al MAS, con una diferencia de más del 20% con respecto a su inmediato seguidor.
Esta nueva ola conspirativa contra el retorno democrático es liderada por sectores de la ciudad de Santa Cruz, que ahora exigen frenar la investidura del nuevo presidente y anular las elecciones. Y piden además la intervención de las Fuerzas Armadas, para impedir que el nuevo Gobierno asuma sus cargos.
La noche del pasado 2 de noviembre, un cabildo de la Unión Juvenil Cruceñista, UJC, determinó desconocer los resultados de las elecciones.
Exigen una auditoría «ciudadana, militar y
policial», instruyeron el bloqueo de instituciones, anunciaron que
realizarán una vigilia ante el Comando de la Policía, y apoyarán al
Comité pro Santa Cruz y a las Fuerzas Armadas - Leer texto completo