[Sputnik / elcomunista.net] - A lo largo de últimos años Japón ha estado aumentando su poderío militar, lo que causó preocupación en sus vecinos, China y Rusia.
Si bien el Artículo 9 de la Constitución de Japón prohíbe la posesión de Fuerzas Armadas con potencial bélico, en la realidad esta cláusula no funciona.
Sputnik investigó cómo es el resurgimiento del militarismo nipón.
Por Denis Lukyanov* - Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón renunció a la fuerza militar como vía para la solución de los conflictos. El país asiático, que perdió la guerra al estar del lado de la Alemania nazi, se comprometió a no tener una fuerza armada que disponga de un potencial bélico.
La renuncia de Tokio a tener un ejército está inmortalizada en la Carta Magna del país asiático aprobada en 1947.
Menos de una década después del fin de la sangrienta guerra que se cobró millones de vidas, en 1954 se le permitió a Tokio crear la llamada Fuerza de Autodefensa de Japón.
La decisión de permitir la creación de una fuerza militar en Japón se produjo en el contexto de la Guerra Fría. Japón se encontraba en el límite del ‘mundo democrático’: cerca de ella se ubicaban dos gigantes comunistas, la URSS y la República Popular China.
A partir de entonces comenzó el resurgimiento paulatino del militarismo japonés y, a medida que pasaban los años, la retórica a favor de la restauración de las Fuerzas Armadas en Japón cobró más y más ímpetu.
Lo más alarmante es que estas ideas son
populares no solo dentro de la sociedad, sino también dentro de la
cúpula política del Estado nipón - Leer texto completo