[Sputnik / elcomunsta.net] - La negativa de los fabricantes estadounidenses de aumentar la producción de acero hasta niveles previos a la crisis sanitaria amenaza con socavar el plan del presidente, Joe Biden, de apoyar a las industrias nacionales. Como consecuencia, son los importadores quienes salen beneficiados.
Las acerías estadounidenses que apagaron sus hornos a raíz de la caída de la demanda durante los primeros meses de la pandemia siguen operando sus plantas muy por debajo de los niveles previos a la expansión del brote. Ahora, a pesar de la recuperación económica, se niegan a aumentar la producción, incluso cuando la escasez de suministros hace subir los precios, escribe la agencia Bloomberg.
Las plantas estadounidenses están a casi el 75% de su capacidad, un nivel muy lejos del récord del 83% alcanzado en 2019 gracias a los aranceles del 25% aplicados por el expresidente Donald Trump al acero importado.
Los clientes de industrias como los automóviles y la maquinaria pesada aseguran que no pueden hacerse con todo el acero que necesitan y que se ven obligados a recurrir a proveedores extranjeros - Leer texto completo