[Efe-verde / elcomunista.net] - En el humilde distrito limeño de San Juan de Miraflores hace días que el joven Yostin Eidan Ángeles vive sin agua. Su vecino hace artimañas dentro de un cubo para limpiarse con un vaso y, a pocos metros, otro niño se cepilla los dientes milimetrando las gotas que suelta el único grifo que tiene en casa.
A pesar de ser el octavo país del mundo con mayor abundancia de agua, la escasez de este recurso afecta a más de siete millones de peruanos que carecen de redes de agua en sus domicilios.
Distribución de agua con camiones cisterna - En ese polvoriento rincón de la periferia de Lima el agua no cae del cielo. Con suerte, los vecinos consiguen llenar sus tanques una vez cada quince días y lo hacen a expensas del “aguatero”, el camión cisterna que sube el empinado y árido terreno del cerro que alberga sus rudimentarias casas de machihembrado.
Y es que en este país el agua está en la selva, donde nace y discurre el poderoso Amazonas, pero la mayor parte de la gente vive en la árida costa del Pacífico.
Entre las personas y el agua se alza el muro de los Andes.
Una paradoja que se acentúa en Lima, la mayor ciudad del mundo después de El Cairo ubicada en un desierto, y en donde se concentra casi un tercio de la población del país. Solo en la capital, más de dos millones de personas viven sin acceso al agua - Leer texto completo + fotos