[Sputnik / elcomunista.net] - En Ecuador, la dolarización como limitante estructural, la fulminante crisis económica y sanitaria por el COVID-19 y un programa neoliberal de austeridad extrema durante cuatro años, avalado por el FMI, tuvieron el saldo previsible: rebelión popular, desgaste político y derrota electoral del Gobierno de Lenín Moreno.
Por Alfredo Zaiat* - El candidato presidencial correísta, Andrés Arauz, fue el triunfador de la primera vuelta electoral para la elección del nuevo presidente. El balotaje será el próximo 11 de abril.
La derecha gobernante ha hecho todo lo posible para «descorreizar» el Ecuador, pero estos comicios han demostrado que sigue siendo la principal fuerza política y electoral.
La figura de Rafael Correa, que por ahora está exiliado en Bélgica, estuvo en el centro de las campañas políticas porque, como parte del lawfare en la región, fue condenado por un tribunal ecuatoriano a ocho años de cárcel por un presunto caso de sobornos.
«Es un gigantesco fraude procesal, parte del lawfare, para tratar de inhabilitarme políticamente», denunció Correa, desde su exilio.
Misma estrategia, mismo resultado - El economista Alfredo Serrano Mancilla escribió en Misión Imposible en Ecuador, del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG),
que después de los múltiples intentos para erosionar y desgastar la figura de Rafael Correa, de estigmatizarlo y de diseñar una estrategia de persecución judicial, definitivamente no han logrado hacer que desaparezca de la centralidad de la política ecuatoriana - Leer texto completo