[RBTH / elcomunista.net] - Cuando terminó la guerra civil en 1922, el territorio de la URSS estaba literalmente en ruinas, y su ejército destrozado. Mientras que el Ejército Rojo había incrementado su número de soldados, el arsenal estaba lejos de ser el de una potencia.
La única solución era reconstruir completamente la industria militar del país, que iba muy a la zaga de Occidente en lo concerniente a tecnología y capacidad de diseño.
Mientras los Rojos y los Blancos se masacraban mutuamente en Rusia, los europeos habían conceptualizado y desarrollado su experiencia en la Primera Guerra Mundial para crear una nueva era de proezas técnicas en el campo militar.
Pero nadie tenía el más mínimo interés en compartir sus conocimientos con los bolcheviques.
A finales de los años 20, la economía soviética se había recuperado lo bastante para permitir que el Gobierno destinase fondos a comprar equipamiento militar al otro lado del océano. Y, mientras Europa y los EEUU se desplomaban en la Gran Depresión en 1929, el oro de Rusia se volvió de gran utilidad.
Como la Unión Soviética no mantenía relaciones con muchos países de Occidente, se vio obligada a crear compañías privadas para hacer negocios.
La corporación comercial Arcos trabajaba con Gran Bretaña, mientras que Amtorg comerciaba con los EEUU en nombre del Gobierno soviético y coordinaba todos los aspectos de la cooperación técnica, desde la identificación y la selección del equipamiento militar hasta los viajes de los ingenieros soviéticos a las plantas de manufactura de los EEUU - Leer texto completo + fotos