Por Gustavo Veiga [página12.com.ar] -La muerte del líder minero boliviano Orlando Gutiérrez es de esas que se preanuncian, parecen agazapadas y más en un país donde hubo un golpe de Estado.
El dirigente de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de
Bolivia (FSTMB) fue abordado por una patota que lo habría golpeado en la
cabeza con premeditación. Días después falleció.
Él y su familia vivían amenazados por las redes sociales. Se la tenían jurada. ¿Quiénes? Eso es motivo de una investigación, pero los indicios de cómo empezó todo – la semana pasada habia sido atacado en un bar de La Paz – llevan a sospechar de grupos civiles afines al gobierno de facto de Jeannine Añez.
El dirigente de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) fue abordado por una patota que lo habría golpeado en la cabeza con premeditación. La agresión terminó con el referente gremial malherido. Tanto que debieron internarlo y después de una semana en esa condición falleció ayer en la clínica Cemes de La Paz.
La secuencia completa de estos hechos, es obvio, se convirtió en un asesinato. Hubo un testigo de este grave episodio que lo acompañaba y consiguió escapar.
El pesar que causó la muerte del hombre que resultó clave en el apoyo de la Central Obrera Boliviana al MAS para las últimas elecciones, se sintió demasiado.
El presidente democrático electo, Luis Arce Catacora, lo recordó como un “gran dirigente minero que siempre defendió los intereses del pueblo boliviano” - Leer texto completo