[Sputnik / elcomunista.net] - La vacuna Sputnik V se abre paso poco a poco en el mundo, incluso en la
cauta Europa, donde siempre tienen recelos con todo lo relacionado con
Rusia, una campaña que viene de muy lejos y que no excluyó al referido
fármaco, creado para combatir el covid-19.
Por Héctor Miranda* - Cuando el 11 de agosto Moscú anunció el registro de la referida vacuna, producida por el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya, en Occidente pusieron el grito en el cielo y se cuestionaron la seriedad del paso dado y, por supuesto, la futura eficacia de Sputnik V.
Las críticas llovieron en las semanas y meses siguientes. Las vacunas «buenas y serias», según los analistas europeos y estadounidenses, además de algunos en otros países, eran las producidas en Europa o Estados Unidos. Otra vez la política se ponía en medio de una cruzada contra la salud, incluso de la vida.
EL TIEMPO PONE TODO EN SU LUGAR - Pasaron los meses y Sputnik V mostró su eficacia. Los ensayos probaron que era efectiva en más del 90 por ciento, una cifra a la que casi ninguna otra vacuna ha llegado. Los inoculados, además, no mostraban síntomas, más allá de alguna fiebre ligera y pequeños dolores de cabeza o musculares.
Aún así, a la vacuna rusa le costaba trabajo abrirse al mundo, al mercado, a pesar de la disposición del país de permitir su fabricación en cualquier nación. Solo algunos gobiernos, como el argentino de Alberto Fernández, asimilaron su producción - Leer texto completo