sábado, 1 de agosto de 2020

Bolivia - La querella por el alma del país

 x Sacha Llorenti [lahaine.org] - La asociación entre el régimen golpista y la ultraderecha logró postergar nuevamente las elecciones presidenciales, violando leyes internas y compromisos internacionales

Montada sobre el caballo cojo de un fraude inexistente, la derecha boliviana intenta emprender el camino de lo que es legalmente imposible: la proscripción del MAS-IPSP (Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos).

Sin embargo, después de un cruento golpe de Estado, de masacres, de violaciones masivas de los DDHH, de la persecución despiadada, del “lawfare”, y considerando todo lo que está en juego, esa amenaza no debe ser tomada a la ligera.

Parte de su estrategia es la inauguración de una etapa [otra más] de la narrativa de odio en contra del MAS-IPSP. No es algo nuevo, como la gota que intenta labrar la piedra.

Desde hace mucho tiempo, y desde los medios de comunicación [nacionales e internacionales], políticos, analistas y periodistas han insistido en construir una matriz comunicacional de permanente estigmatización del partido y de sus militantes.

La quema de la Whipala, la golpiza a indígenas en las ciudades más importantes, la quema de casas de dirigentes del MAS-IPSP, la organización de grupos paramilitares y el golpe de Estado no surgieron espontáneamente.

Tampoco las masacres, la persecución y su justificación son solo producto de cierta inclinación patológica a la violencia: son parte de un proyecto diseñado de escarmiento y sometimiento - Leer texto completo