[Sputnik / elcomunista.net] - El historiador cubano Eusebio Leal ha muerto, y desde ahora la capital de la isla será distinta a pesar de mantener intacto un patrimonio centenario, porque le faltará sobre sus adoquines el andar cotidiano de uno de sus más admirados defensores.
Por Miguel Fernández Martínez* - Leal era sin dudas el alma de La Habana, ciudad que lo vio nacer y a la que defendió con su quehacer diario para devolverle todo su esplendor, salvando la memoria de cada piedra y cada rincón donde habita la historia de medio milenio de una urbe que nunca dejó de adorar como propia.
Quizás, aquel niño pobre que nació en el barrio habanero de Cayo Hueso en 1942, nunca imaginó que sería reverenciado por realezas europeas, por gobiernos y academias, por universidades, pero sobre todo por su pueblo que lo admiraba.