[Sputnik / elcomunista.net] - La marcha del rey Juan Carlos I al
extranjero se produce en un contexto de crisis económica, sanitaria y
territorial justo cuando la justicia española aún está dilucidando si
cabe abrir una investigación sobre sus actividades supuestamente
irregulares.
El caso socava no tanto a la configuración del Estado español como a su institución monárquica.
Por Sergio Hernández-Ranera Sánchez* - La noticia sobre el abandono del país es valorada como un intento de apuntalar la institución monárquica y, de hecho, el propio comunicado oficial de la Casa Real señala que el objeto de tal decisión es «facilitar el ejercicio» de las funciones del actual jefe del Estado, Felipe VI.
Hay quien piensa que la arquitectura
constitucional está dañada, y hay quien opina que es la propia Casa Real
la afectada.
«El rey emérito abre una crisis de legitimidad de la
arquitectura no del Estado, sino de la Casa de los Borbones», explica a
Sputnik el politólogo Manuel Monereo, quien habla abiertamente de crisis
de legitimidad de la monarquía española.
Este politólogo incide en otra
lectura: «¿Cuánto de gordo hay, que el rey se tiene que ir?» Monereo
duda de que la marcha de Juan Carlos entrañe solamente salvar el
trono de Felipe VI.
«Quiere salvarlo porque lo que él ha hecho es muy grueso y se va a saber cada vez más», añade. «Son casos todavía más serios, que se conocerán conforme el tiempo avance».