Nadie puede negar que el 'exilio' de Juan Carlos I, rey emérito, no
estaba avisado, pues los medios de comunicación españoles llevaban
semanas preparando el terreno de una 'operación de Estado' en la que
ocupan un lugar preferencial: fuerzas de choque.
Diarios como El Mundo o El País,
los dos más leídos de España, que hace solo dos años, en diciembre de
2018, rendían un sentido homenaje en sus editoriales al rey emérito con
motivo de la celebración de los cuarenta años de la Constitución
española,
aun cuando solo unos días antes había sido denunciado por Izquierda Unida por conformar una organización criminal, se han puesto al servicio del Estado –Establishment, mejor– en la operación, que ya hace semanas anunciábamos, diseñada para salvar a la Monarquía española: sacrificar públicamente a Juan Carlos.
No es una condena, es una huida de la Justicia - Por ello, en las últimas horas, un Juan Carlos muy malogrado más allá de lo físico materializaba su renuncia a
una muerte digna –"guiado por el convencimiento de prestar el mejor
servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te
comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera
de España"–,
a lo que Felipe VI ha respondido de forma excesivamente diplomática si tenemos en cuenta los antecedentes paternos: "Sentido respeto y agradecimiento ante su decisión" - Leer texto completo