x Miguel Àngel Beltràn V, Luisa Natalia Caruso (lahaine.org) - En contraste con las falaces imágenes creadas por las élites y
alimentadas por los medios de comunicación hegemónicos, Colombia es hoy
un país al borde del estallido social
Con crudas cifras de desigualdad, pobreza, desempleo y asesinatos políticos.
En el marco de la pandemia, las decisiones de Iván Duque, actual
presidente de Colombia, se han caracterizado por una profundización de
la agenda neoliberal que ya traía antes de la crisis sanitaria.
Meses
antes de que se declarara la «emergencia económica, social y ecológica»,
sus medidas habían ocasionado el creciente inconformismo de una gran
parte de la población.
Dicho inconformismo tuvo su punto más álgido en
las masivas acciones de protesta protagonizadas por múltiples sectores
sociales y políticos, tanto en las ciudades como en las zonas rurales,
que dieron forma al paro nacional del 21 noviembre de 2019.
Si bien la cuarentena, forzada por los riesgos de contagio, trajo un
inicial reflujo de las movilizaciones, muy rápidamente dichos sectores
se reactivaron y nuevamente salieron a las calles para reclamar
soluciones urgentes a la crisis, ahora profundizada por la situación
sanitaria.
Estas protestas, aunque sin alcanzar una completa
articulación, cuentan con un importante potencial de incidencia para
futuros cambios.
Las jornadas del 9 y 10 de septiembre en rechazo a la
brutalidad policial, la movilización de la Minga por la vida, el
territorio y la Paz de los pueblos indígenas, afros y campesinos hacia
la capital y la realización de un paro nacional el pasado 21 de octubre
forman parte del mismo ciclo de movilizaciones.
Un Estado que siembra terror y miedo - El Estado colombiano, que ha representado históricamente los
intereses de una clase dirigente subordinada a las políticas
intervencionistas de los EEUU y al modelo desarrollista extractivista,
pese a tener una escasa legitimidad y legalidad,
ha logrado proyectar
ante la comunidad internacional una imagen «institucionalidad
democrática» alimentada en base a mitos (como el ser una de las naciones
del continente que cuenta con la democracia más antigua y sostenida en
la región).
De acuerdo con esta narrativa oficial, mientras en otros
países de América Latina y el Caribe se generalizaron las dictaduras
militares, en Colombia se sentaron las bases para consolidar la paz a
través de un acuerdo bipartidista que garantizó la permanencia de las
instituciones democráticas (Giraldo; 2015) - Leer màs