(Sputnik / elcomunista.net) - Los ministros de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y chino, Wang Yi, se reunieron durante dos días en Pekín en un momento en el que las relaciones de EEUU con Rusia y China se tensaron.
Por Santi Pueyo* - Ha sido una semana movida desde que el presidente de EEUU, Joe Biden, asintiera, en una entrevista a un periodista, a la pregunta de si piensa que el mandatario ruso, Vladímir Putin, es un «asesino».
La respuesta rusa al incidente no tardó en llegar: Anatoli Antónov, embajador ruso en EEUU, fue llamado a consultas.
Putin, en respuesta al agravio, le deseó buena salud a Biden y afirmó: «El que lo dice, lo es», y retó al mandatario norteamericano a una discusión en directo, transparente y abierta para que sea el mundo el que juzgue.
UNA AGENDA APRETADA PARA TODOS - Antes de que acabara la semana, el ministro de Exteriores chino Wang Yi y el secretario de Estado norteamericano, Joe Blinken, se reunieron en Alaska donde mantuvieron conversaciones tensas, en las que la parte estadounidense acusó a China
de amenazar el orden por sus actuaciones en Xinjiang (uigures), Hong Kong y Taiwán y llegó a advertir que quien no respete el orden mundial se enfrentará a un «mundo más violento e inestable».
China respondió mostrando su hartazgo frente a las «injerencias» que EEUU practica, precisamente, en estas mismas zonas.
En un contexto así, Serguéi Lavrov visitó China este lunes y martes, en lo que parece ser el preámbulo de un giro estratégico común para hacer frente al desafío estadounidense.
Ante los medios, Lavrov destacó que Rusia y China fortalecerán la «cooperación estratégica» para hacer frente a la «hegemonía, el acoso y la arbitrariedad» - Leer màs