[Sputnik] - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha atacado repetidamente a China los últimos días. Pero, ¿qué está realmente detrás de las acusaciones y amenazas contra la nación asiática?
La
retórica antichina en el Gobierno de Estados Unidos ha alcanzado un
punto nunca antes visto en la historia de las relaciones bilaterales de
las naciones. El 14 de mayo, la senadora republicana Marsha Blackburn
llamó a sus colegas, a través de una carta, a no reunirse con empresas
chinas y "tener cuidado" al tratar con funcionarios de ese país.
Pidió, además, evitarlos en los pasillos del Congreso.
Días antes, el senador republicano Lindsey Graham, un aliado cercano
del presidente Trump, había propuesto una legislación para autorizar al
mandatario estadounidense imponer sanciones contra China, si el país no proporciona un "informe completo" acerca de los eeventos que condujeron al brote del coronavirus en los próximos 60 días.
El proyecto de ley exige, además, el cierre de todos los "mercado
mojados" y la liberación de los activistas arrestados en los disturbios
en Hong Kong.
De lo contrario, se propone congelar los activos chinos en
EEUU, introducir prohibiciones de viaje, endurecer la emisión de visas y
restringir el acceso de las empresas chinas a la financiación bancaria
en el país norteamericano y en los mercados de capitales.
Además, EEUU impuso nuevas restricciones que limitan drásticamente el
tiempo que los periodistas chinos pueden trabajar en el país.
Ahora,
los reporteros oriundos de China, incluso los que viven en Estados
Unidos desde hace años, tendrán sus visas de trabajo en el país
limitadas a un máximo de 90 días - Leer texto completo