(RBTH / elcomunista.net) - La cultura maya irrumpió en la vida de Yuri Knórozov de forma inesperada e inverosímil. El éxito del hombre que consiguió descifrar las escrituras mayas, se debe en gran parte a dos libros que encontró casualmente en Berlín, cuando las tropas soviéticas ocuparon la capital alemana.
Un “trofeo” de guerra - Yuri nació en Járkov (actualmente Ucrania) en 1922. De pequeño le gustaba tocar el violín, dibujar, escribir poesía. Siempre era un niño introvertido, solitario, enamorado de los libros.
En 1940 ingresó en la facultad de Historia de la Universidad Estatal de Moscú Lomonósov, pero poco tiempo después, cuando empezó la Segunda Guerra Mundial, se alistó al ejército como soldado de artillería.
En mayo en 1945, formó parte de las tropas soviéticas que entraron en Berlín. Allí, en medio del caos, rescató dos libros que marcaron el rumbo de su vida. Hay fuentes que afirman que Knórozov logró salvar los libros de un incendio, pero el propio lingüista lo desmintió en una entrevista:
“Es una leyenda. No hubo ningún incendio. Las autoridades alemanas prepararon la biblioteca (actualmente la Biblioteca de Berlín) para su evacuación y tenían que llevarla supuestamente a los Alpes, en Austria. Los libros colocados en cajas estaban en medio de la calle. Entonces, escogí dos…”, confiesa el científico.
Aquellos libros fueron la edición de 1933 de Los códices mayas de los hermanos Villacorta y Relación de las cosas de Yucatán de Diego de Landa. El joven Yuri todavía no tenía claro lo que iba a hacer con estas obras, pero sentía una atracción irresistible por la cultura maya.
Sus amigos y alumnos cuentan que de joven leyó un artículo sobre la
historia de los maya y se quedó con ganas de saber más de esa
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