x Marcos Roitman Rosenmann (lahaine.org) - El narcorégimen de Colombia se entrega por completo a la estrategia contrainsurgente diseñada por EEUU para la región
Mientras asesinan a dirigentes sindicales, defensores de los DDHH, líderes campesinos y de pueblos originarios, el Estado colombiano se entrega por completo a la estrategia contrainsurgente diseñada por EEUU para la región.
No hay tregua. Ni los acuerdos de paz han sido respetados ni las comisiones de seguimientos han podido desarrollar su labor. Las amenazas y la impunidad con la cual actúan los grupos paramilitares, amén de la violencia implementada por las fuerzas armadas y la policía, han dejado un reguero de muerte.
Según Indepaz (Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz), tan sólo en 2021 han sido asesinados 66 líderes sociales, defensores de los DDHH y firmantes del acuerdo de paz.
Y en el marco del Paro Nacional, desde el 28 de abril al 23 de mayo, se cuentan 61 víctimas mortales. Según la misma institución, se han perpetrado 40 masacres con 149 víctimas entre niños, hombres y mujeres. El objetivo: desarticular, descabezar los movimientos sociales y las organizaciones populares.
Bajo el manto de la seguridad democrática, se niegan derechos políticos, suspenden las garantías del habeas corpus y se generalizan las detenciones ilegales. Los falsos positivos, aquello que se suponía formaba parte del pasado, emerge con mayor intensidad.
No es únicamente Iván Duque o su mentor Álvaro Uribe quienes definen las estrategias y apoyan las acciones genocidas. Ellos son hombres de paja, sus decisiones no les pertenecen.
Colombia ha
renunciado a ejercer la soberanía sobre su territorio, sea en los
aspectos de seguridad, justicia o relaciones internacionales. Las líneas
maestras las diseña el Pentágono, la Casa Blanca, las trasnacionales,
las agencias de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), la
Central de Inteligencia (CIA) el embajador de EEUU y el lobby armamentista - Leer màs