La cumbre ruso-estadounidense realizada en Ginebra, el pasado 16 de junio, fue catalogada por el presidente Biden como "buena, positiva" mientras que el presidente Putin la calificó como "bastante constructiva".
¿Deberíamos entonces sentir alguna tranquilidad en una situación en la cual Europa está en primera línea de lo que la OTAN define como "el punto más bajo de nuestra relación con Rusia desde la guerra fría"
Los hechos nos dicen que no podemos sentir tal tranquilidad. Mientras la cumbre ruso-estadounidense se desarrollaba en Suiza, en el Báltico se realizaba Baltops 50, una de las 20 grandes maniobras militares que EEUU y la OTAN tienen programadas en Europa para este año.
Baltops 50 fue organizada y dirigida por el almirante Robert Burke, jefe de la fuerzas navales de EEUU para África, que tiene su cuartel general en Nápoles-Capodichino (Italia) y que además encabeza el mando de la OTAN (Joint Force Command o JFC-Naples) con sede en Lago Patria (también en suelo italiano).
Del 6 al 18 de junio, más de 4 000 militares -con 40 buques de guerra y 60 aviones- de 18 países miembros o "socios" de la OTAN (entre ellos Italia) realizaron ejercicios de guerra aeronaval en el mar Báltico y en regiones adyacentes, justo a las puertas de Rusia.
Entre los medios utilizados en ese "juego de guerra" había navíos y bombarderos capaces de portar armas nucleares y, por primera vez, se contó también con la participación del nuevo Centro Espacial de la OTAN.
Mientras se realizaba esa gran maniobra militar, claramente dirigida
contra Rusia, el presidente Putin observaba en Ginebra, en su
conferencia de prensa posterior a la cumbre: - Leer màs