(Sputnik / elcomunista.net) - A más de 10.000 metros bajo el nivel del mar cabría esperar encontrarse con criaturas aterradoras y un mundo aparte.
Sin embargo, lo que estos dos oceanólogos vieron al descender a la tercera fosa marina más profunda del mundo los dejó boquiabiertos: bolsas de plástico, ropa y un oso de peluche.
«Hubo un momento gracioso cuando estábamos explorando la zona. Había solo material blanco flotando por todas partes», revela Deo Florence Onda, de la Caladan Oceanic, una organización que se dedica a desarrollar tecnología submarina.
A bordo de un diminuto sumergible, él y su compañero Victor Vescovo descendieron hasta el punto más profundo de la fosa, denominado Galathea. Como relata Onda, «estábamos a punto de llegar al fondo» y esperaban «ver cosas arrastrándose». Criaturas marinas, y no plástico.
Ningún ser humano había descendido a la fosa hasta ahora, y restos de plástico y de otros objetos fabricados por el hombre era lo último que estos dos científicos esperaban encontrarse. El viaje a las profundidades duró 12 horas - Leer màs + vìdeo