(Sputnik / elcomunista.net) - Lo que el expresidente de Bolivia, Evo Morales, no pudo hacer por tierra, Luis Arce quiere lograrlo por agua: en vez de una carretera de alto costo económico, político, ambiental y social, lo que comienza a hacerse realidad es una hidrovía más barata, ecológicamente más amigable y hasta aplaudida.
Por Carlos A. Quiroga* - El desafío de unir las alturas centro-occidentales con el noreste amazónico, actualmente posible solo por vía aérea, ha concentrado tanto ilusiones como fuertes tensiones en la historia de Bolivia, país conocido globalmente como andino, aunque más de tres cuartas partes de su territorio son atravesados por llanuras amazónicas y chaqueñas.
Arce, presidente y sucesor político de Morales, evitó mencionar al frustrado proyecto carretero del líder indígena cuando dio partida el lunes al primer cargamento fluvial de alto tonelaje desde el departamento de Cochabamba (centro), con rumbo noreste al Beni.
El nuevo gobernante habló solo de futuro, evitando mencionar el conflictivo proyecto carretero, que marcó uno de los períodos más complicados de los casi 14 años de Gobierno de Morales (2006-2019).
CARRETERA IMPOSIBLE - Morales, abanderado internacional de las luchas de los pueblos indígenas y declarado defensor de la madre tierra, tropezó con su propio discurso e incluso con no pocos de sus aliados indígenas cuando impulsó en la primera mitad de su gestión un proyecto carretero entre Cochabamba y Beni.
La obra, propuesta por diversos estadistas desde el siglo XIX, atravesaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), una de las reservas naturales más grandes del país, uniendo puntualmente la región productora de coca de Chapare, feudo político de Morales, y las llanuras ganaderas de San Ignacio de Moxos - Leer màs + foto