(Sputnik / elcomunista.net) - El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, es un ejemplo de la privatización de los conflictos en Colombia, aseguró en una entrevista con Sputnik el exministro de la presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana.
«Tengo la impresión de que está empezando a surgir una sombra siniestra sobre América Latina y el Caribe vinculada a la privatización de los conflictos, a la privatización de la guerra, y esto tiene que ver con lo que ha sucedido en Haití, con lo que ha estado ocurriendo en América Latina, particularmente en Colombia», indicó.
Explicó que «Colombia es un país en el que se ha ido experimentando el reclutamiento de mercenarios, de militares y policías que se transforman en mercenarios para servir a empresas privadas de seguridad que tienen sede en Estados Unidos».
«Hay una tendencia extremadamente peligrosa al empleo de estas empresas privadas para fines políticos estratégicos como es el caso de Haití», aseveró Quintana.
Esta tendencia no es nueva, «recuerda el reclutamiento de mercenarios centroamericanos, particularmente, y también cubanos, para la invasión de Playa Girón en 1961», así como el «entrenamiento de mercenarios en los conflictos civiles en Centroamérica, como lo hicieron con la Contra para enfrentar al Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua en la década de los 80».
«Por lo tanto, hay un antecedente extremadamente peligroso en las propias guerras centroamericanas», dijo el exministro.
Además, prosiguió, «también hay que recordar lo que ha ocurrido en Bolivia».
«La denuncia que ha hecho The Intercept respecto al exministro de facto, Luis Fernando López, para contratar mercenarios en Miami para que realizaran el segundo golpe de Estado después de la victoria de Luis Arce y del MAS con 55 por ciento de los votos», evocó el político.
Quintana instó a prestar atención a «estos nuevos métodos de intervención contra gobiernos legalmente constituidos, y aquí el papel tenebroso de las fuerzas militares o policiales que han sido entrenadas por los estadounidenses, ya sea en Colombia, en Perú o en Honduras».
«Se están construyendo nuevas formas de intervención que no solamente son los nuevos golpes de Estado sino nuevas formas de intervención para derrocar Gobiernos o para promover estas experiencias terribles, como los magnicidios», denunció - Ver texto