x Guillermo Cieza (lahaine.org) - El gobierno no debería consolarse con la evidencia de que en temas sanitarios son mejores que la derecha. La vida de les habitantes de este país tiene otros desafíos cotidianos
En la Argentina vivimos en un escenario donde parece que la discusión sobre la pandemia es excluyente; sin embargo, subrepticiamente, se viene desplegando otro virus que va deteriorando mes a mes los menguados ingresos del 80 % de la población y promete futuros estallidos.
Nuestro país esta atravesando una segunda ola del coronavirus, que lo ha llevado al escenario más temido. El sistema de salud está colapsado en la ciudad de Buenos Aires, hay menos camas que pacientes y esta crisis se está afrontando con traslados a lugares menos críticos e internaciones domiciliarias.
Argentina tiene un promedio de contagiados y fallecidos por encima del promedio mundial. En el mundo nuestro país esta en el puesto 28, según su población y en el puesto 11 de infectados. Podemos consolarnos porque a Brasil, Chile, Uruguay o Perú les va peor que nosotros, pero ese es consuelo de tontos.
En la situación que está el país hay responsabilidad del gobierno, que en distintas oportunidades hizo concesiones a la derecha en el manejo de la pandemia. Y esto fue así, entre otras cosas, porque tiene funcionarios como el Ministro de Educación, Nicolás Trotta, que está vinculado a los mismos intereses que la derecha. En este caso a los intereses de la educación privada.
La política de la derecha argentina en relación a la pandemia ha tenido la misma orientación que tuvo la de Donald Trump en EEUU y Jair Bolsonaro en Brasil.
Los resultados empiezan a verse en Buenos Aires, la zona del
país con mejor nivel económico y educativo, que esta a la cabeza de los
infectados y fallecidos por millón de habitantes - Leer màs