(Sputnik / elcomunista.net) - Emmanuel Macron reacciona ante el problema que puede privarle de la reelección presidencial en un año y se convierte en superpolícía y zar antidroga, para tranquilizar a un país atemorizado por el aumento de la violencia y la inseguridad.
Por Luis Rivas* - Aumento de los asesinatos, agresiones, ataques a comisarías, policías, bomberos o médicos de urgencia en los barrios donde la fuerza pública todavía se atreve a entrar…
La seguridad y la violencia callejera serán cuestiones prioritarias para decidir el voto de los franceses. Y en ese terreno, Marine Le Pen aventaja en credibilidad al resto de los partidos del país.
Durante décadas, las principales formaciones políticas francesas han considerado el apartado de la seguridad como un asunto de extrema derecha, en el que no había que entrar o ensuciarse las manos.
Pero, esconder la cabeza bajo tierra no ha servido ni para frenar el avance del partido de Le Pen ni, por supuesto, para negar la evidencia de la explosión de una violencia callejera que ha convertido a barrios enteros de Francia en zonas perdidas al control de la República, donde las mafias de la droga y el islam radical imponen la ley.
«DERECHO A UNA VIDA TRANQUILA» - El presidente francés ha decidido abordar el problema solo un año antes de la cita con las urnas y ofrece ahora un discurso que antes hubiera sido tasado de «derechista» por las almas nobles de la «intelligentsia» que habita en barrios donde el fenómeno nunca les atañe.
«Lucho por el derecho a una vida tranquila», declara el Jefe del Estado en una entrevista al diario conservador Le Figaro, el periódico cuyos lectores consideran, en un 87 por ciento, que el asunto de la seguridad será uno de los puntos clave de los comicios presidenciales - Leer màs