Un dato y un hecho de no poca importancia, para quienes nos vendieron el cuento del lado progresista del gobierno de Biden con respaldo de Bernie Sanders; hoy, con el aval del gobierno de EEUU, se acaba de dar un paso trascendental y trágico en la nueva versión de la guerra contra las drogas en el paradigma de la guerra contrainsurgente del Pentágono, con la sanción del Decreto presidencial 380 (enlace) firmado por Iván Duque que
òeglamenta y da luz verde a las aspersiones y fumigación de los cultivos de coca, amapola y marihuana con glifosato, sustancia química y venenosa que trae graves daños a la salud de las comunidades (produce cáncer), a los recursos ambientales (envenena aguas y humedales), a la seguridad de las regiones y a la credibilidad de las instituciones públicas.
Se trata del puntillazo definitivo a los insepultos Acuerdos de Paz de Santos y Timochenko (2016) que el uribismo se propuso hacer trizas durante el actual gobierno de la ultraderecha fascista.
Las fumigaciones aéreas con glifosato en Colombia fueron suspendidas por el Consejo Nacional de Estupefacientes/CNE desde el 2015 a raíz de un concepto de la Organización Mundial de la Salud en el que certifico el efecto cancerígeno de tal veneno químico utilizado en la agricultura y prohibido por muchos estados en el mundo.
La aspersión de la coca, la marihuana y la amapola cobrò auge desde los dos gobiernos del señor Uribe Velez (2002-2010) que aplico sin cambiar una coma la estrategia antiterrorista de Míster Bush II;