(Sputnik / elcomunista.net) - Perú se juega su futuro modelo de Estado en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que deben celebrarse el domingo 6 de junio. El pueblo eligió a dos «pugiles» extremadamente opuestos.
Por Francisco Herranz* - Por un lado, el candidato que más apoyo recibió (el 15,5 por ciento del total) se llama Pedro Castillo, un recién llegado a la alta política peruana que defiende una nueva Constitución que entierre la de corte neoliberal aprobada/impuesta en tiempos de Alberto Fujimori, allá por 1993.
En el otro lado del cuadrilátero tendrá a la hija de Fujimori, Keiko (el 11 por ciento), quien apuesta por el continuismo del sistema e incluso por la amnistía de su padre, condenado a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad (homicidio calificado, lesiones graves y secuestro agravado).
Keiko, que lidera la formación de derechas Fuerza Popular, y está siendo juzgada por blanqueo de capitales, no aparece victoriosa en el primer sondeo demoscópico.
Según la empresa Ipsos, ella recibiría el 31 por ciento de los votos frente al 42 por ciento que obtendría Castillo, líder del partido de izquierdas Perú Libre. Los partidarios de la primera se concretarían en Lima, la capital; los del segundo, en el sur y en el centro del país, esto es, en el interior andino.
Muchos votos van a ser en blanco –la encuesta prevé el 16 por ciento– y no es algo sorprendente porque ya hubo un 12,4 por ciento de ellos en la primera ronda.
Eso significa claramente el rechazo de 2,1 millones de personas –de los 17 millones de votos emitidos– a todas las opciones que estaban entonces en liza –había nada menos que 18 candidatos, 16 hombre y 2 mujeres– y, por extensión, la contundente expresión del desapego de la población de Perú hacia sus políticos - Leer màs