(Sputnik / elcomunista.net) - Recientemente se acaban de conmemorar los 73 años del asesinato de líder colombiano Jorge Eliecer Gaitán. El suceso inauguró el período de violencia política más larga y encarnizada de todo el continente americano y convirtió a Colombia en un país con una profunda fractura social que se mantiene al día de hoy.
Por Mauricio Montes* - Fueron necesarias casi seis décadas de guerra interna para que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno de Juan Manuel Santos dirimieran diferencias en 2016.
La Habana sirvió como punto de encuentro para el diálogo, tras grandes esfuerzos realizados desde Venezuela por el entonces presidente de la República, Hugo Chávez.
A casi cinco años de las negociaciones entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC, otros grupos insurgentes y la Casa de Nariño, los acuerdos han resultado en letra muerta y siguen afectando a los países vecinos, en especial a Venezuela.
Las causas del fracaso - Para la investigadora en geopolítica y miembro de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, María Fernanda Barreto, había que tener un cierto escepticismo en los acuerdos de paz,
en especial porque el Gobierno colombiano, dominado por los intereses conservadores, nunca tuvo «ninguna disposición para acordar cambios estructurales que realmente significaran el fin de las causas del conflicto social que vive el país y que son la raíz del conflicto armado».
Para Barreto, aun cuando el esfuerzo de la firma de los acuerdos de paz trajo consigo una disminución en la intensidad del conflicto, se comenzó a gestar un fenómeno a la larga más pernicioso: el avance narco paramilitar en los territorios que las FARC iba abandonando - Leer màs