(Sputnik / elcomunista.net) - No quedan dudas de que La Habana cautivó a Ernest Hemingway (1899-1961), el ilustre escritor estadounidense, merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1954, desde aquella primera visita en abril de 1928, y que 93 años después mantiene vivo en la isla al espíritu del célebre autor de «El viejo y el mar».
La impronta cubana protagoniza su obra cumbre, una historia de lucha por supervivencia escrita en 1951, y que dos años después –en 1953- le permitiera ganar el Premio Pulitzer, abriéndole las puertas al Nobel.
«El viejo y el mar» es probablemente el resumen de muchos años de estancia en la isla, una suerte de refugio para la creación, adoptado por este hombre aventurero e intranquilo, buscador de historias infinitas alrededor del mundo, y que eligió a Cuba para dejar en letras impresas, una parte importante del patrimonio literario universal del siglo XX.
INFLUENCIA - Sputnik conversó con el poeta, narrador, dramaturgo y ensayista cubano Antonio Rodríguez Salvador, autor de la novela «Rolandos», ganadora en España del Premio Internacional «Salvador García Aguilar» en 1997, quien considera que la influencia de Hemingway en la literatura cubana no ocurre tanto en la novela como en el cuento.
Rodríguez Salvador recordó que en determinados pasajes de la película cubana «Memorias del Subdesarrollo» (1968), el personaje principal niega la influencia de Hemingway en la literatura cubana,
y lo describe como «alguien encerrado en su concha de Finca Vigía (lugar ubicado a 15 kilómetros al sudeste del centro de La Habana y donde vivió el escritor estadounidense desde mediados de 1939 hasta 1960) pero sin contacto social con su entorno» - Leer màs