(Sputnik / elcomunista.net) - Los activistas ambientales de varios países asiáticos, incluido Japón, se oponen a la intención de Tokio de verter el agua radiactiva de la central nuclear Fukushima-1 al océano. Protestaron el 13 de abril en la capital del país, cerca de la oficina del primer ministro, y en Seúl, frente a la Embajada japonesa.
La decisión del Gobierno de Japón del 13 de abril de desechar al Pacífico el agua radiactiva de la central nuclear de Fukushima-1 causó revuelo entre los propios japoneses y en la comunidad internacional. China y Corea del Sur se oponen a esta decisión.
Se espera verter el agua en 2023. Dada la tasa actual de acumulación de agua en los depósitos de la central, todos los tanques disponibles quedarán desbordados hacia finales de 2022, lo que haría imposible mantenerlos seguros.
foto - manifestantes frente a la oficina del primer ministro en Tokio
Según los científicos, es peligroso debido al tritio radiactivo, que no se puede eliminar del agua. Además, la indignación de la comunidad internacional está provocada por el hecho de que Japón habría tomado la decisión unilateralmente, sin consultas y discusiones conjuntas preliminares.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China pidió a Japón que
reconsiderara su enfoque para resolver el problema. Las autoridades
surcoreanas lo calificaron de inaceptable. El Departamento de Estado de
EEUU declaró que espera que Tokio confirme que el vertido es seguro - Leer màs + fotos