El 11 de octubre de 2001, el periodista Anatol Lieven entrevistó al líder afgano Abdul Haq en Peshawar, Pakistán. Haq, que lideró parte de la resistencia contra los talibanes, se preparaba para regresar a Afganistán al cubierto de los bombardeos aéreos de EEUU.
Sin embargo, no estaba satisfecho con la forma en que EEUU había decidido proseguir la guerra. “La acción militar por sí misma, en las circunstancias actuales, no hace más que dificultar las cosas, sobre todo si esta guerra se prolonga y mueren muchos civiles”, dijo Abdul Haq a Lieven.
La guerra duraría 20 años más, hasta que EEUU reconoció su derrota (sólo internamente, no para los medios) y al menos 71.344 civiles perderían la vida durante este período.
Abdul Haq también le dijo a Lieven que “lo mejor sería que EEUU trabajara por una solución política unida que incluyera a todos los grupos afganos. De lo contrario, se fomentarán las profundas divisiones entre los distintos grupos, respaldadas por diferentes países y que afectarán negativamente a toda la región”.
Sus palabras eran premonitorias, pero Haq sabía que nadie le estaba escuchando. “Probablemente”, continuó, “EEUU ya ha decidido qué hacer, y para cualquier recomendación será demasiado tarde”.
Veinte años después de la increíble destrucción causada por esta guerra injusta, y tras exacerbar la enemistad entre “todos los grupos afganos”, los EEUU han regresado a la fórmula exacta propuesta por Abdul Haq: el diálogo político. Eufemismo por derrota militar - Leer màs