x Alberto Cruz (lahaine.org) - Afganistán va a suponer un antes y un después para muchas cosas. Entre otras, porque señala de forma nítida el declive de Occidente y el reforzamiento de Oriente
Los talibanes controlan Afganistán. Se está escribiendo tanto sobre ello que casi da vergüenza convertirse en uno más.
No obstante, mucho de lo escrito es superficial y enfocando más hacia el pasado que hacia el presente o el futuro. Y en ese pasado, desgraciadamente, ni siquiera ha habido referencias a la etapa revolucionaria de 1978-1992, antes de la primera llegada de los talibanes al poder de la mano de EEUU.
Pareciese que Afganistán solo ha sido “democrático” (estilo occidental) con EEUU y sus vasallos, pero la “democracia estilo occidental” nunca existió en Afganistán y sí una democracia popular mucho, pero que mucho más avanzada que la que supuestamente proponían los occidentales, aunque no es el objetivo de este análisis.
Nada da más asco que la narrativa occidental sobre una "democracia" que nunca existió y sobre un oscurantismo medieval que regresa de la mano de los talibanes. Una narrativa que se ha sustentado básicamente en dos cosas: las mujeres y los colaboracionistas.
Que a estas alturas de la historia haya habido gente supuestamente progresista que se haya tragado tanta sandez causa pasmo. Sobre todo porque la cuestión de la mujer fue uno de los argumentos esgrimidos por la CIA en 2001 para arropar la invasión del país y, así, “contrarrestar la oposición a la invasión”, como en su momento recogieron los documentos filtrados por WikiLeaks.
Nadie se ha hecho una pregunta muy sencilla: ¿representan realmente a Afganistán un puñado de elegantes mujeres que hablan inglés?
Sobre todo, porque los muy democráticos occidentales, militares y civiles, cooperantes o no, nunca se han preocupado del grueso de mujeres, esas que viven en el mundo rural y que todavía hoy suponen el 80% del país. Pequeñas minucias sin importancia para el grueso del relato.
Causa pasmo la poca memoria que tenemos al creer a los mismos que adornaron la masacre de Irak en 1991 con la historia de que el ejército de Sadam Husein sacaba de las incubadoras a los bebés kuwaitíes solo para que se muriesen y que ahora montan otro espectáculo que ha sido acogido tan acríticamente y con tanto entusiasmo como lo anterior lo fue en su momento.
Los mismos que impulsaron la invasión y ocupación
neocolonial de Irak en 2003 con las "armas de destrucción masiva", lo
han vuelto a hacer y con iguales resultados. Y así hasta la náusea - Leer màs