(Semillas de identidad) - (...) El aumento del hambre está creando volatilidad en muchos países y agrava el devastador impacto social y económico de la Covid-19 y de la crisis climàtica.
Según cifras recientes de Naciones Unidas, hoy padecen hambre 161 millones de personas más que antes de la pandemia, esto es, un total de 811 millones. Una de cada tres personas (casi 2.400 millones) carece de acceso a nutrición adecuada.
Ante la falta de avances hacia el objetivo de terminar con el hambre y la malnutriciòn en todo el mundo en 2030, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha convocado a una cumbre sobre los sistemas alimentarios que tendrá lugar este 23 de septiembre en Nueva York.
Se la ha presentado como una oportunidad para discutir nuevas medidas audaces que transformarán el modo en que producimos, consumimos y conceptualizamos los alimentos.
Pero la cumbre ha estado teñida de controversia desde el principio, más que nada por la influencia de intereses corporativos en la definición de la agenda; en opinión de los críticos, hay un intento de privatizar la toma de decisiones.
La ONU definió la agenda preliminar junto con el Foro Económico Mundial, lo que situó en puestos de liderazgo a importantes actores corporativos.
Por ejemplo, el trabajo de la cumbre sobre la erradicación del hambre lo dirige la Alianza Mundial para una Nutrición Mejorada (GAIN, por la sigla en inglés), una fundación con sede en Suiza.
GAIN recibe donaciones de la fabricante de pesticidas BASF, que intenta presentarse como “hèroe de los sistemas alimentarios”.
Michael Fakhri, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, acompaña las quejas de organizaciones agrícolas de base, de las que más de 500 han llamado a boicotear la cumbre; se ha dicho que la excesiva influencia de las corporaciones en la reunión es como “invitar al zorro al gallinero” - Leer màs