x Fabrizio Venafro (lahaine.org) - Tras la derrota de EEUU en Afganistán parece prevalecer la visión china que, según Samir Amin, empuja hacia una nueva globalización sin hegemonía
Si quisiéramos identificar temas, entre los innumerables artículos que están comentando los eventos afganos, no tendríamos dificultad en aislar dos en particular que emergen con fuerza por su significado: el declive de Occidente y el fin de la hegemonía estadounidense.
Ambos son temas importantes que deben tratarse con la debida cautela. Sobre todo el primero, con el que se corre el riesgo de caer en ese contraste de civilización que anhelaba Samuel Huntington o asumir que Occidente tiene licencia para difundir la democracia en el mundo, lo que ha resultado ser absolutamente falso.
Occidente no solo ha producido una división en el mundo entre un Norte rico y un Sur dominado por las políticas colonialistas y neocolonialistas perpetradas desde el siglo XIX hasta la actualidad.
Pero incluso la intervención estadounidense en Afganistán, en violación de una resolución de la ONU, no tuvo como objetivo exportar la democracia sino que fue una "respuesta" a los ataques sufridos en su territorio por EEUU el 11 de septiembre de 2001,
sin los cuales no habría sido motivo de preocupación de Occidente para restaurar los criterios democráticos y, sobre todo, para rehabilitar la figura de la mujer en Afganistán.
¿Cómo ha surgido la idea de intervenir en situaciones similares que se perpetúan en países no lejanos como Arabia Saudita, donde el destino de las mujeres no es distinto al de las afganas y la libertad de expresión no gozan de buena salud o Egipto donde los casos de Giulio Regeni y Patrick Zaki pesan como piedras en las conciencias europeas?.
En todo caso, el declive de Occidente, en la cuestión afgana, debe enmarcarse en simbiosis con el otro tema que ha surgido en los últimos días: la pérdida de hegemonía por parte de EEUU.
Podemos enmarcar el fenómeno a través de la lente ofrecida por los teóricos del sistema-mundo, como Giovanni Arrighi, Immanuel Wallerstein, Samir Amin.
Tomando la lección del historiador francés Fernand Braudel, estos teóricos estudian los fenómenos políticos, económicos y sociales entrelazándolos e identificando sus interconexiones sistémicas.
Para Wallerstein (1), el
sistema-mundo en el que vivimos se origina en el siglo XVI, cuando se
limitó a Europa Occidental y luego se expandió globalmente, después del
descubrimiento de América, para incluir gradualmente a todo el planeta
(gracias sobre todo a la expansión colonial de Inglaterra) - Leer màs